martes, 28 de febrero de 2006

¿Raro?

En un tiempo pretérito y bastante indefinido: Yo satisfice, tú satisficiste, él satisfizo, nosotros satisficimos, vosotros satisficisteis y ellos satisficieron.
En un futuro impreciso: yo satisfaré, tú satisfarás, él satisfará, nosotros satisfaremos, vosotros satisfaréis y ellos satisfarán.

Siempre y cuando se dieran las condiciones necesarias: yo satisfaría, tú satisfarías, él satisfaría, nosotros satisfaríamos, vosotros satisfaríais y ellos satisfarían.

Ojalá yo satisfaga, tú satisfagas, él satisfaga, nosotros satisfagamos, vosotros satisfagáis y ellos satisfagan.

Si yo satisficiera o satisficiese, tú satisficieras o satisficieses, él satisficiera o satisficiese puede que nosotros satisficiéramos o satisficiésemos, vosotros satisficierais o satisficieseis y puede que también ellos satisficieran o satisficiesen.

No es que sea raro, es que este verbo lo usamos poco.

viernes, 24 de febrero de 2006

Hungerkünstler



En un pub con dos chicas estupendas.

La luz era tenue en todo el local, la conversación animada y jovial.

Tomé esta instantánea y algunas más.

Y recordé un consejo que me dio un fotógrafo: a la hora de componer una imagen todo lo que no es necesario sobra.

Quizá no estaba hablando sólo de fotografía.

miércoles, 22 de febrero de 2006

Voyeur



Me gusta mirar. En el autobús, en el metro, por la calle... Pero también me gusta mirar por agujeros, por rendijas, por ventanas... Me gusta mirar en los museos, en los cines, en los bares, detrás de los telones e incluso debajo de las faldas.

Me gusta mirar. Soy un mirón.

Y ¿qué miras?

lunes, 20 de febrero de 2006

El Titanic



Si yo viviera en la costa tendría una barquita.

Pequeña.

Estoy seguro.

Para salir de vez en cuando al mar.

Con un motor que hiciera pop-pop.

Porque de vez en cuando me pide el cuerpo adentrarme, perderme, sentirme solo y lejos.

Pequeño.

Si yo viviera en la costa tendría una barquita.

Y en vez de Virgen del Mar le pondría El Titanic.

No se me ocurre un nombre mejor.

viernes, 17 de febrero de 2006

Mejor para ella

Hoy una señora ha regañado delante de mí al carnicero por tener los cuchillos poco afilados. Yo esto no lo había visto nunca. El chaval era nuevo y joven; y debía ser consciente del mal filo de sus cuchillos porque ha agachado la testuz. La señora se iba creciendo por momentos. Decía que por tener así los cuchillos tenía que dar dos golpes para cada corte y le estaba poniendo el cordero lleno de esquirlas de hueso y que no había derecho.

Sólo estábamos ella y yo a este lado del mostrador y en un momento dado me ha mirado buscando mi aprobación. Yo he desviado mi mirada a una vaquita muy simpática que había en un póster. Pensando que ése saber comportarse en el prado se convertiría (una vez troceado y envasado) en un saber comportarse en el plato. "Mire señora: yo con los/as amargados/as no me solidarizo. Ni aunque tengan razón". No se lo he dicho. Peor para ella.

Al mal rollo ni agua. Que si dejas que se esparza por la galería de alimentación luego se extiende por la ciudad, luego llega a otras partes del mundo y acaban unos soldados ingleses apaleando a unos críos y grabándolo en miniDV como si fuera la Fontana de Trevi.

Luego he llegado a la caja.

Hoy me ha tocado la bruta.

La bruta lo es por cómo dice "¿tarjeta Caprabo?" y por cómo pasa los yogures por el lector. Ni pone cariño, ni ganas... no pone nada, y le sale lo bruto de dentro. Yo la he mirado pensando si habría nacido ya bruta o se había hecho a sí misma practicando. Pensando también: ¿por qué se apretará tanto la coleta? es que no se da cuenta de que se le estira la cara en horizontal y le sale una expresión como de estar estreñida de la vida.

Más bruta que un bocadillo de chapas, eso se decía cuando yo era pequeño.

He buscado una despedida delicada y se la he dicho con cariño, mirándola a los ojos, mientras metía el paquete de donuts en la bolsa. Siempre los meto los últimos para que no se aplasten. Y ella, debe haberlo percibido porque ha sonreído. Fugazmente, pero con la convicción suficiente como para que la goma cediera un poco. La del pelo.

Mejor para ella.

sábado, 11 de febrero de 2006

Oficios Fascinantes XI

El equipo de mantenimiento de un parque de atracciones está formado por un Ingeniero Jefe, que es el que da la cara cuando viene una inspección o descarrila un coche en la montaña rusa, y un equipo de diez técnicos que estudiaron FP de la rama automoción y luego trabajaron en distintos talleres; para admitirlos se valora especialmente que hayan trabajado el tunning. Porque, qué es un parque de atracciones sino la Meca del tunning.

En cambio el tipo que se encarga de arreglar y tener a punto el tiovivo es un trabajador especializado, especializado en tiovivos, claro. Nunca se ha montado en La Lanzadera, ni en la Sideral Spider, ni le atrae lo más mínimo la Casa del Terror.

El Arreglador de Tiovivos viene de una larga estirpe de veterinarios: su bisabuelo era veterinario, su abuelo era veterinario, su padre era veterinario... pero a él, aún gustándole los animales, no le apetecía hacer una carrera que laboralmente acaba en meter el brazo a las vacas por el culo hasta el hombro o peinar caniches y consolar a niños pijines porque se les ha muerto el gato.

El Arreglador de Tiovivos es un hombre sensible con convicciones metafísicas muy arraigadas. Siempre tuvo una concepción de la naturaleza cíclica: "todo da vueltas y todo vuelve al final al lugar que debe", holística: "todos los seres y objetos de la Creación tienen su sitio y viven en armonía. Y eso incluye a los caballos, las ambulancias, los leones y las motos de policía". Y en la que el ser humano cumple una función lúdica, según sus propias palabras "venimos al mundo a dar unas cuantas vueltas disfrutando de esa naturaleza con respeto, durante un tiempo limitado y orbitando alrededor de un eje". El eje para unos es Dios (si tiene dorados y espejos), para otros la verdad (si está chapado en madera noble) y para los más austeros intelectualmente, una barra de hierro.

En el gremio de los Arregladores de Tiovivos hay básicamente dos sectores: los nómadas y los sedentarios. Como en el gremio de las pelusas. Los sedentarios tienen contrato fijo con un Parque de Atracciones concreto y los nómadas van de feria en feria.

Al Arreglador de Tiovivos lo llama el dueño de la atracción el primer día que tiene que montarla para que le diga cómo colocar los cachivaches. Esto es fundamental para que el conjunto tenga equilibrio. Entre la cebra y el león siempre hay que poner al menos un caballo. No es que vaya a pasar nada pero quien evita la ocasión... Los caballos tienen que alternar los colores, no se puede poner a todos los castaños juntos. El coche de bomberos, las motos de policía (que van en paralelo y jamás se separan) y la ambulancia tienen que formar un triángulo, porque los tres tienen sirena. Bueno, el coche de bomberos tiene campana pero para el caso es lo mismo. Quedan además el platillo volante, la olla de los caníbales y la lancha, que tienen una idiosincrasia especial. Pero el elemento favorito del Arreglador de Tiovivos es el trineo arrastrado por dos cisnes, porque es un romántico empedernido y comparte esa predilección con las niñas de primera comunión.

No es muy frecuente, pero a veces recibe una llamada de emergencia porque un caballo no quiere levitar al compás, o el 4x4 se ha dejado las largas y molesta... entonces se desplaza y, con rigor profesional y cariño, pone las cosas en su sitio.

El Arreglador de Tiovivos tiene por amuleto una ficha de plástico azul con la inscripción "vale 1 viaje" que siempre lleva en el bolsillo, y cuando las cosas van mal la aprieta fuerte con la mano. Él sabe que es un hombre de edad, sabe que dentro de un tiempo notará que la cosa empieza a girar más despacio, sabe que después se detendrá con un leve chirrido. Y él esperará a que suene la sirena para bajarse.

viernes, 10 de febrero de 2006

Tarde libre

Esta tarde me la he dado libre. Para digerir algunas tristezas pequeñas.
Qué suerte que soy mi jefe.
Las tardes de permiso me entrego a leer, o me pierdo por las calles o escucho música como debe hacerse, sin fregar ni conducir al mismo tiempo.
Ya ves, las ventajas del autónomo. La desventaja es que esta tarde, por supuesto, no me la pagan.

Después de saborear unas cuantas páginas de Hombre Lento de Coetzee doy un paseo por la blogosfera. Peregrino a La Petite Claudine para estar a la última de la última y descubro que la autora de mi blog favorito se llama en persona Marta, y que aparte de ser modernísima, cultísima y lo más de lo más del blog, tiene sentimientos. Me enternezco, normal. Me ha sorprendido leer un post muy personal en una chica que yo consideraba distante y fría como Alaska.

No suelo leer los comentarios, pero esta vez no me he podido resistir. Y así he descubierto que una idea que me rondaba últimamente tiene nombre "la crisis del blogger". Que es el qué-me-está-pasando-que-no-tengo-ganas-de-ná de toda la vida pero aplicado al blog.

Luego he pasado por micabeza.com a ver un rollo patatero de escritor por internet que no se ha enterado de que Bukowsky sólo hay uno y a ti te encontré en la calle. He ido porque lo denostaba La Petite Claudine y lo ensalzaba Nacho Escolar. Pasa tú, a ver qué te parece.

Y al final he llegado a una página maravillosa que a la otra mano sé que le gustará más respeto que soy tu madre.

Me ha venido bien la tarde libre.

jueves, 9 de febrero de 2006

Palabras

Se parecen demasiado las palabras manicomio y matrimonio.
No creo que sea casual.
Se parecen demasiado las palabras pareja y pereza.

Cuando los lobos aúllan a la luna llena ¿lloran o le dicen piropos?

La tristeza y el cansancio, aunque no tengan grafías parecidas, tienen síntomas comunes.

"Me pones muy tierna" le dijo la magdalena al vaso de leche.

No es que sea malo, es mi instinto de supervivencia.

Se parecen mucho las palabras amor y humor.
No creo que sea casual.
Se parecen muchísimo las palabras pena y pene.
Pero eso no sé porqué es.

Gas Natural

Hace sólo un rato, pero me ha dejado impactado.

Aparco el coche y al coger el abrigo del asiento de atrás se me acerca un operario de Gas Natural. Yo no leo el oficio de la gente en los ojos, pero sí en las chaquetillas grises; ponía Gas Natural. Arrastraba una caja de herramientas de ésas con ruedas, tan chulas.

Sin mediar un hola me dice: va bien la zafira, ¿eh?. Yo muevo la cabeza con aquiescencia. Y sigue: yo me acabo de comprar una igualita que ésta. Pero en gris metalizado. Se asoma al interior: Ah, no, el cuadro de mandos de la mía es más moderno. Y cómo tira ¿eh?. La mía es 1900 y 120 caballos. ¿Hace cuánto que la tienes? -sin esperar respuesta- a mí me la han dado la semana pasada, fíjate, antes tenía un escort.

Se me ocurre que podría decirle un muy-bien-machote ¿me acompañas a por el pan o te quedas aquí mirando "la zafira"? pero no me sale. ¿Los cristales tintados traseros cuánto te han costado?. Venían de serie, digo yo. Yo se los quiero poner, porque hace que se vea menos lo de dentro -hace el gesto de mover los dedos como una montaña rusa, el sinónimo en gestual de choricear-. Veintidosmil euros me ha costado, que tampoco es tanto para lo que trae, y cómo anda... Ni corto ni perezoso saca el móvil y ¡¡me enseña varias fotos de su nuevo coche!! En la pantalla de un móvil no se aprecia bien la calidad del vehículo. Se disculpa por ello. Para compensarlo me explica los ángulos desde los que están tomadas y algunas otras circunstancias. Y también reconoce que están un poco pasadas de luz. ¿Qué coño hago yo mirando las fotos del móvil de un operario de Gas Natural?

....- ¿A ti cuánto te costó? me dice.
Claro, por una lado pienso que alguien puede estar con la caldera rota en casa, sin agua caliente esperando a que este gañán descubra las siete diferencias entre su coche y el mío, pero por otro... es tan fácil ayudar a cruzar a una viejecita como hacer feliz a este buen hombre. Y hoy no he hecho la buena obra del mes.
.......- Pues a mí me costó veinticuatromil, fíjate tú, y es el modelo antiguo, y eso que tenía un colega en el concesionario que me avisó de que había una buena oferta.
El operario esboza una sonrisa de oreja a oreja, se le nota orondo de felicidad.
.......- ¡¡No jooooooodas!!.
Vamos que ahora mismo ha tenido un subidón de autoestima importante, pero cuando llegue al bar y se lo cuente a los compañeros...

Las manos de Bogart

miércoles, 8 de febrero de 2006

Cita

"Conviene no fiarse de los artistas e intelectuales que afirman luchar por un mundo mejor; ellos saben mejor que nadie que si el mundo mejorara se quedarían sin empleo"

Oigo girar los motores de la muerte. Roger Wolfe

La mano que se pinta

martes, 7 de febrero de 2006

Poesía



Hay dos maneras de ver la vida, una poética y otra prosaica. La poética es la que usan los niños, los tontos y algunos poetas. Esto lo sabe cualquiera. La prosaica es la más usual en los hombres y mujeres maduros que tenemos un trabajo estable. Lo que no quita para que haya excepciones.

El viaje a Málaga me ha deparado momentos muy agradables. Me puse el chip de viaje antes de salir (según concepto de xnem) y hasta las áreas de servicio me resultaron excitantes. Tenía yo mi ratito poeta y no pensaba desaprovecharlo.

Mis anfitriones se pusieron temporalmente malos, del estómago o algo así, y yo aproveché para perderme e ir de turismo emocional. Sin guías.

Así fue como metí mis pies en el mismo mar que los fenicios, y me puse a buscar una virgen del mar. Eran horas inadecuadas y el sol -vaguete siempre en febrero- no se animaba a subir.

Regresaba ya del periplo cuando vi la imagen de arriba.

¡Qué suicida tan meticuloso, qué bien aparcada ha dejado la bici!

Ser suicida en Málaga es un error. Eso lo saben los jeques de Arabia Saudí igual que los mafiosos rusos o los cartagineses o los moros del tiempo de Boabdil el Chico. Para suicidarse en febrero, con conocimiento de causa -no a lo idiota- hay que elegir Noruega. O Zurich, o un pueblo a 30 kilómetros de Moscú o 30 botellas de vodka. Pero ¡en Málaga!

Probablemente haya sido el amor. Iba llorando de pena amorosa en su mountain bike, vio el abismo y pensó que lo mejor era saltar y que luego cuando el voluntario de protección civil le dijera a su amada que se había tirado a las rocas, ella sufriera un shock de culpa y se mesara los cabellos y llorara hasta deshidratarse lamentándose por no haberlo querido como él se merecía. Y así que no parara de sufrir y de sufrir el resto de su vida (la chica) como él estaba sufriendo ahora (el de la mountain bike).

Porque si se te engancha la cadena no te tiras al vacío.

Pero también podía ser una tristeza aguda por ese maldito sol que -vaguete siempre en febrero- no se quería levantar.

O una siesta en un banco irresistible.



Hay dos maneras de ver la vida, una poética y otra prosaica. Eso lo sabe cualquiera.

lunes, 6 de febrero de 2006

ONCE Manos


Esta foto nos la manda iguazú
Muchas gracias.

Otra playa



Después de comerme una ensalada mixta y media de adobo de pintarroja con una clara decido caminar.

En febrero las playas del Mediterráneo están casi vacías. La gente, que somos así.

En un momento dado me quito los zapatos y me acerco a la orilla. Llegado este punto he de explicar que las playas se pueden caminar transversalmente, longitudinalmente o al tuntún. Yo he optado por la segunda forma.

Ahora las olas mojan a intervalos mis pies.

Son las tres y media de la tarde, tengo treinta y seis años y reparo en que tengo pies.
Tengo, además, todo el mar que quiera para mojármelos.
¡Cómo no voy a sentirme un hombre afortunado!

Por tener, tengo incluso unos zapatos. Para después.
Tengo la cabeza para apreciarlo, el corazón para sentirlo, la memoria para recordarlo y poder contártelo mañana. Todo más o menos en buen uso.

Algún día quizá me fallen los pies. O la cabeza o el corazón o la memoria.
Quizá algún día me falte el mar.

Recuérdame entonces que me invente otra playa.

domingo, 5 de febrero de 2006

viernes, 3 de febrero de 2006

Viaje

Los clubes cada vez tienen neones más sofisticados. Un camión de Translepe. Mil camiones más.

Aunque vayas ligero siempre hay un Volvo que te adelanta.

La luna ¿siempre es mora en Graná?

Hip-hop, tangos y Mozart -por celebrar.
Me pone la carretera.
Más si lleva al mar. Más si va hacia el sur.
Me da que no soy yo de estarme quieto, que soy más bien de escapar.

miércoles, 1 de febrero de 2006

Mudanza

Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...