jueves, 27 de diciembre de 2007

Fin de curso

Paso por aquí y me paro a decir que se va uno de los años más trepidantes de mi vida, pleno de emociones. Me daría para escribir un libro o dos, eso si yo supiera escribir libros.

Para no aburriros haré un breve resumen por asignaturas:

Meteorología: No sé si atraía yo a los huracanes o ellos a mí, pero me metí en unos cuantos.

Física: Pasé el año entero estudiando las propiedades electromagnéticas de la piel humana. Básicamente en 3 aspectos: atracción, repulsión y descargas de más de 3000 voltios. Fue muy aplaudido un artículo "Un cuerpo que flota indefinidamente en una cama de uno cincuenta puede sufrir una criogenización instantánea o una disolución parcial, pero nunca nada bueno"

Geometría: Fui vector libre en un espacio de n dimensiones con módulo y dirección variables. Y luego fui vector libre que se quiere convertir en vector fijo en un plano cartesiano pero no le dejan los cambios sucesivos de sistema de referencia, y otros vectores que le pinchan con la flechita. Saqué mala nota en el examen "Implicaciones afectivas de los polígonos irregulares. ¿Qué hacer si te toca el vértica chungo?"

Ciencias Naturales: Este año he sido en lo esencial tortuga con pretensiones nudistas (una contradicción), pero también bastante salmón, nadando contracorriente. Como oso, fíjense si soy tierno que a mi lado mimosín rasca. Acabo el año un poco seta, cosas del guión. Si junto todos los animales que soy y os guiso queda un plato súper moderno y fino, pero alto en colesterol.

Historia: Por si no me lo habíais notado he superado la Edad Media, atrás quedan la autarquía y el aburrimiento. La Revolución que me sacó de allí no fue muy francesa pero sí bastante sangrienta, hubo que pasar a cuchillo a los elementos conformistas. Estoy intentando inventarme una edad más moderna, recuperar elementos del Romanticismo Clásico y adaptarlos a un periodo más sosegado, menos convulso.

Arte: Pinceladas largas de colores cálidos. Explosiones de rojo, algunas de ellas controladas. Pocas referencias naturalistas. Como técnicas predominantes el aguachirle con gas y la plumilla. Expongo mucho pero vendo poco. Tengo buena prensa, pero el ciudadano de a pie no me comprende. Soy como la La Habitación de Hopper pero es la carta quien lee a la mujer.

A todos los que pasais por aquí -la mayoría perfectos desconocidos- os deseo lo mejor de lo mejor. De verdad, de corazón, Qué importa que no os conozcamos, mejor así, no hay nada que más deteriore las relaciones que el empeñarse en el conocimiento mutuo, labor ingrata, decepcionante y condenada a la nada.

Sí, estoy nihilista, pero cariñoso.

lunes, 24 de diciembre de 2007

Puto lio

La cabeza sirve para buscar coartadas a los desmanes del corazón.

Bueno, también para recordar cómo se hace el nudo de los cordones, sumar, restar y tres tonterías por el estilo.

El corazón va a su bola, ni pide permiso, ni obedece, ni es consecuente, ni responsable, y mucho menos coherente. Nadie desea tener un corazón coherente.

Según los neurólogos esto que yo llamo "el corazón" se sitúa en cierta región del cerebro. La llamaremos, para abreviar, sistema límbico.

Según los neurólogos esto que yo llamo "cabeza" se sitúa en otra parte del cerebro. Lo llamaremos, para abreviar, la corteza.

La frase "me voy ya, porque mañana me levanto temprano" viene de la corteza.

El ruidito que haces cuando te abrazo viene del límbico.

El diferenciar a las sopranos de las contraltos es cosa de la corteza.

La carne de gallina al escuchar una música bellísima es cosa del límbico.

Quien escribe los emails es el límbico, al menos él es quien manda escribirlos.

Quien los tira a la papelera es la corteza.

¡¡Puta corteza!!

¡¡Puto lío!!

viernes, 21 de diciembre de 2007

La cena

Vengo de una cena importante. Muy importante. Nada que ver con ésas de negocios o esas otras de empresa tan usuales en estas fechas.

Vengo de na cena de verdades con alguien que me conoce y me quiere. De contarle mis penas y mis alegrías. Deben ser más alegrías que penas, por eso hemos pasado más rato riendo que llorando. Mucho más. Y no parar de hablar, y venga a confidencias. Y cosas que no nos habíamos dicho nunca salían hoy.

Contarse las verdades es una forma muy bonita de decirse tequiero, vaciar los bolsillos, no tener miedo.

Vuelvo a casa tarde pero con una satisfacción profunda, un bienestar que durante años ha escaseado. Sonará un poco cursi pero traigo paz de espíritu.

M. me regaló una piedra que no era para conseguir trabajo sino "para lo otro". Gracias M., creo empiezo a estar preparado. Así que caliento los músculos, cojo carrerilla, me acerco al borde del precipicio y chas. Extiendo las alas. Puedo volar.

Os quiero.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Piano

Me siento al piano después de mucho tiempo. Mis manos están un poco torpes, pero cualquier cosa que toco me suena a gloria.

Lo siento por los que tengan prejuicios, pero me he paseado por No me importa nada que cantó Luz, el Ni más, ni menos que hicieron famosos Los Chichos, La Vida sigue igual de Julio Iglesias... luego he llegado a Delilah, y me he visto cantándola con él mismísimo Tom Jones, en su tierra, dentro de un coche que tenía el volante al revés. Luego Wonderful World, una especie de himno que nunca me falla.

Una chica de pelo corto y ojos grandes, con una mezcla irresistible de fragilidad y fuerza, se me ha acercado mientras cantaba , y New York, New York y Maybe this Time.

Quizá esta vez tenga suerte,
quizá esta vez él se quede.

Quizá esta vez, por primera vez,
el amor no se me escape.
Y me abrace fuerte y encuentre,
por fin, un hogar.

No quiero ser otra vez un perdedor,
ha pasado tantas veces...

Todo el mundo ama a los ganadores,
por eso nadie me quiere a mí

La chica tranquila y feliz, esa soy yo.
Pero esta vez la suerte está de mi lado
y algo va a suceder.
Tiene que ocurrir,
porque algún día tenía que pasar,
y quizá esta vez lo consiga.

martes, 11 de diciembre de 2007

Sin título

En el cuarto de baño hay un alicatado blanco. Baldosines muy pequeños, como los de piscina. Más o menos. La mayoría son blancos, pero hay algunos, salteados, de varios colores. Uno de mis entretenimientos es reconocer el patrón, la secuencia que forman los pocos de colores dentro de los muchos blancos.

La otra mañana C. se despertó antes que yo. Cogió su Nintendo y se vino a mi cama. Se arrimó aprovechando el calor que todavía desprendía mi sueño. Y me desperté con la música de su vida fulgurante al lado, y la cadencia ratonera de la maquinita. No abrí los ojos, ni me incorporé ¿para qué? Para qué iba a levanarme si en ese instante, con los ojos cerrados, lo tenía todo.

Me tomo un Almax. Justo en este instante. No estoy mal, pero hay algo que no he digerido bien. Me refiero a algo de lo que he comido hoy. O quizá es un trozo de la vida, un minuto concreto. uno que picaba mucho, o tenía mucha grasa, o estaba condimentado con poco cariño.

No está bien escribir cartas de amor y no mandarlas. No está bien guardarse besos. Dejarse canciones en libretas olvidadas. No está bien guardarse piropos, cariños o versos. Que te puede caer un guantazo... ah, se siente.

Tengo -de mi madre- un cajón con bobinas de hilo de distintos colores. No sé por qué precisamente eso. Mientras me quedo dormido sobre el teclado y la cabeza se me llena de imágees inconexas .algunas de ellas muy interesantes- el meñique aplasta la letra a del teclado. Abro los ojos y hay demasiadas aaaaaaaaaaaaaaaa. Las borro.

¿Dónde estás?
¿Dónde te has metido?
Me lo pregunto antes de dormirme.

domingo, 9 de diciembre de 2007

N y M

Me llama y me cuenta que hay dos cosas que convierten una casa en un hogar: Niños y Música.

Estoy de acuerdo.

No sólo para un hogar, ¡¡qué sería de mí sin N y M!!

sábado, 8 de diciembre de 2007

Azulmadrid

Hoy hace un día estupendo,
cielo azulmadrid,
luz de invierno.

Miro la ciudad desde mi ventana.
Mi ventana tiene una buena vista.

Yo no soy de bolas de cristal,
ni de posos del té, ni de horóscopos,
cuando busco alguna señal
o alguna pista
o alguna respuesta, alzo la vista al cielo.
Y me quedo así, un buen rato, quieto.

El cielo casi siempre guarda silencio.
No por mala intención, ni por hacerse el interesante,
sino porque es discreto.
No le gusta errar, ni enviarte por el camino incorrecto.
Pero otras veces habla, de forma atropellada,
como un torrente cuando acaba el invierno.
Y te deshace los nudos de dentro y puedes mirar tranquilo a través de los misterios.

Hoy me ha dicho que yo he nacido para querer,
así, como en los boleros,
ni para médico, ni para ingeniero.
Para querer, para buscar como si fuera un polímetro
las pieles que dan calambre,
los ojos que tienen interés,
los abrazos que rompen las costillas,
los labios que no distinguen entre hablar y dar besos.

Que mi vocación es dar, es entrar, es tocar y saltar, y zambullirme,
me ha dicho el cielo que deje de marear la perdiz,
de opositar a curros que no me ponen,
ni me van, curros en los que no soy bueno,
me ha dicho el cielo que no tenga miedo.
Que yo puedo llegar a ser un gran profesional
en el sector de los afectos, tener mi propio proyecto,
ser multinacional, IBEX 35,
e incluso que se hable de mí en Forbes
-dentro de mi gremio, claro, y dándole tiempo al tiempo.

Ten prudencia, la justa,
olvídate de rascar donde no pica,
anda, paso a paso, confía,
mira directamente a los ojos
¿quién dijo miedo?

Hoy luce un día muy hermoso
azulmadrid o azul invierno,
abro la ventana, respiro hondo,
y dejo que resuene en mis pulmones el viento.

viernes, 7 de diciembre de 2007

Las cosas del querer

Escuché a una amiga decir: "Éstá enamorado profundamente de mí. Yo a él no le quiero: le tengo cariño, le aprecio, pero no le quiero". Cuando dijo eso, ambos compartían hijos, casa y lecho.

Lo decía con orgullo, casi dándose importancia. Esa frase estuvo dando vueltas mucho tiempo en mi cabeza. Porque encerraba un veneno y yo quería saber cuál.

Creo que los intercambios de amores en la pareja son insondables. Y que no tienen nada que ver con lo que se declara. Hay parejas que parece que quieren los dos muchísimo y ninguno de los dos quiere. Hay otras en las que uno quiere más, otras en la que uno expresa más sus sentimientos... Yo creo que no hay ninguna relación entre lo que queremos y lo que decimos que queremos.

Los afectos y las emociones son un caballo que llevamos dentro, a veces pasta tranquilo, a veces se desboca y no hay quien lo pare. La razón, las palabras, son unas bridas, casi siempre muy pobres, con las que intentamos llevar a ese caballo por aquí o por allí. No solemos conseguirlo, la mayoría nos daríamos con un canto en los dientes con conseguir que ese caballo no nos tire y nos patee de vez en cuando.

Pero las palabras, no tanto la razón, sirven también para acariciar, y sirven para arañar. En ese sentido las palabras salen a veces del corazón (para acariciar o para arañar -o para más cosas) y a veces de la razón (para acariciar o para arañar o para más cosas).

El marido de la mujer del primer párrafo pensó durante mucho tiempo que su chica lo amaba aunque dijera una y otra vez que no. Ese pensamiento era el betadine que se echaba para desinfectar y ayudar a cicatrizar los arañazos que se hacía escuchando silencios, desplantes, y notequieros. Pero un día el amor que él sentía por ella, y el supuesto amor que ella sentía por él no fueron suficiente, los arañazos no cicatrizaban, se estaban infectando y amenazaban con amargarle la salud.

Por eso se apartó. Porque uno no debe quedarse a escuchar notequieros. No es sano.

Ahora escucho a esa mujer decir que él fue lo que quiso, quiere, querrá, querría y todas las conjugaciones. Parece como si sólo supiera quererle en la distancia, en la ausencia.

Y eso me lleva a otra reflexión:

Que quizá, tener un amor dentro y no saber sacarlo sea como tener un Ferrari en el garaje y no conducirlo, o un Vega Sicilia en la bodega y esperar a que se pique: ¡¡no sirve para nada!!

Lo diré de otra manera.

Tener un amor dentro y no saber sacarlo sustituye el placer de disfrutar por el placer de poseer. El primero es inmediato, infantil, inocente. El segundo tiene un matiz de frustración, racional y perverso.

jueves, 6 de diciembre de 2007

Nieblas

Retorno a las melancolías,
pero estoy de paso.

Me gustan esas nieblas que envuelven Madrid.
La ciudad se vuelve pudorosa de repente.
Se envuelve en gasas vaporosas.
H2O.
Fría y distante.
Y yo paso por ella,
me deja mirarla pero no me deja entrar.

Son las nieblas: las de la ciudad o las del alma.

Los del norte están acostumbrados,
o resignados, según el caso.

Los del Sur retornamos a ellas de vez en cuando,
las disfrutamos por hermosas, por misteriosas
y porque ssbemos que estamos de paso.

martes, 4 de diciembre de 2007

Teorema de la Autoridad Inversa

Los que menos poder tienen son los que más se esfuerzan por mandar, imponer, hacer que mandan, someter, demostrar autoridad... en eso se nota que están en el escalafón más bajo de la pirámide de poder.

Mudanza

Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...