jueves, 29 de enero de 2009

Abrazo

Pienso en esta noche en el amigo triste (y cansado) y en si le estarán dando mimos suficientes.

Los mimos nunca son suficientes para los glotones, ya lo sé. Él y yo lo somos. Somos glotones de mimos y glotones a secas. Pero ni siquiera una gran dósis de mimos es suficiente en un momento así.

Y me acuerdo de la ración de adobo y las risas que compartimos el sábado. Él estaba nervioso ya. Normal.

Yo que soy de palabras y fíjate, en estos lances me quedo seco. Sólo sé abrazar.

Pienso en esta noche en las tonterías que hacemos, en las pérdidas de tiempo. En las verdades y en las mentiras. En los ratos desaprovechados. En las intensas felicidades instantáneas.

Se ha ido la madre del amigo. Por eso se siente triste (y cansado).

Y hoy, como otras tantas veces en trance similar, siento una obligación moral, íntima, universal... me siento obligado a ser feliz, a intentarlo, a no desperdiciar un solo instante, a diferenciar lo importante de lo superfluo. Siento la obligación moral de vivir. Con mayúsculas. VIVIR.

Las palabras sirven de bien poco.

Vaya por delante el abrazo.

lunes, 26 de enero de 2009

Escena Contemporánea

A mí me interesan el teatro, la música, la danza, el vídeo, el cine, el circo moderno... me interesan en sus estéticas más clásicas y también en las modernas. Una de las actividades que más me satisfacen en la vida es asistir a espectáculos. Leer, hacer el amor, pasear por la playa, cantar, escribir y tocar son otras de las cosas sin las cuales la vida no creo que mereciera la pena.

No soy sospechoso de retrógrado, ni de carca. Pero reconozco que "lo moderno" hay momentos en los que me toca los co*****.

A falta de cánones, y castigado durante siglos por la estúpida frase "para gustos se inventaron los colores" le pido a cualquier expresión artística dos cualidades: honestidad y riesgo. Sin eso, para mí, no hay arte. Luego está que me emocione (nada de que me haga pensar, yo ya pienso bastante solito) si me emociona: 10 puntos. Pero si no hay emoción y no hay honestidad y no hay riesgo, entonces te vas a tu casa y cierras la boca, y retiras tus sucias manos de la subvención.

En este contexto abro el programa de Escena Contemporánea con la ilusión de darle a mi cuerpo alguna alegría esta semana y me encuentro este párrafo:

Este proyecto es una instalación artística interactiva que se configura a partir de un trabajo de exploración dramatúrgica, alimentado de disciplinas muy diferentes, como son los sistemas de interacción hombre-máquina, la instalación artística, la performance o los mecanismos de simulación de inteligencia artificial. Se trata de trascender el hecho escénico y el hecho artístico propio de la instalación para ofrecer una mirada poliédrica, y a la vez irónica, de un mismo hecho.

¡Cómo no iban a entrarme ganas de vomitar!

sábado, 24 de enero de 2009

Her-manos

Sé por Google Analytics que este blog se lee, no sólo desde distintas ciudades españolas, sino desde otras de Mexico, Chile, Colombia, Argentina, Venezuela... y no puedo evitar pensar cómo serán esos lectores, cómo habrán llegado hasta aquí. Qué les mantendrá.

No hace falta que diga que la curiosidad que siento por ellos es pequeña comparada con el respeto y el agradecimiento.

Madrid pilla lejos de Tijuana, del DF, de Santiago, de Puerto Madero, Caracas o Bogotá. En ninguno de esos sitios nieva, y la gente habla con unos acentos musicales que no tenemos por estos pagos.

Pero supongo que las ventanas, las flores, los desayunos, las soledades y los vértigos son los mismos aquí o en la Cochinchina. Aunque vivamos en distintos continentes tenemos la sangre a 36 y pico grados. Eso, y la lengua, nos une. Nos une la lengua, como en los besos.

Mientras tecleo estas palabras, que se salen un poco de la línea de este blog, añoro esas primaveras, esos veranos, la luz de esas ciudades que nunca visité. Sí, añoro cosas que nunca tuve, me pasa desde pequeño, es defecto de fábrica, soy un poco añorador.

Y me pregunto si esos lectores tendrán manos, como las tengo yo. 2manos para ser más exactos. Y si las tienen ¿estarán dispuestos a compartirlas? ¿por qué no nos las mandan para que las pongamos en el blog?

Las manos de los hermanos.

viernes, 23 de enero de 2009

La última frase

Se hunde el Titanic y yo estoy en mi camarote.

Al principio no me entero, luego salgo, sin prisas, a la cubierta.

El barco se escora y estoy tentado de arrojarle mi gin tonic.

Opción A:
-Mamarracho, hijo de puta, no te hundas, no seas cabrón.

Opción B:
-Olé tus huevos, derecho al fondo del mar.

Opción C:
-Si me hubieras avisado me habría traído otra ropa, esta no pega nada.

Si yo fuera de otra manera, gritaría: "las mujeres y los niños primero". O bajaría a la sala de máquinas a intentar tapar la vía de agua. No sé, alguna heroicidad, o un acto de villanía como meterme a codazos en un bote quitándole el sitio a una mujer emarazada, en estas circunstancias tan extremas vale todo.

Pero no, yo soy como soy, y ante este momento histórico-catastrófico-mundial, con mi batín de seda y mis pantuflas, observo a los pasajeros correr y gritar como ratas. Doy un sorbo. Y me tomo mi tiempo en elegir la frase.

Tengo que hacerlo con tiento, puesto que va a ser la última.

jueves, 22 de enero de 2009

Mujer

He sido mujer gran parte de mi vida.

En cambio ahora soy hombre algunos lunes, algunos martes... y me siento raro.

Una mujer se fija en otras cosas.

Podría decir en mi defensa como Jeanette que yo soy rebelde porque el mundo me ha hecho así pero, no, seamos honestos, qué culpa tiene el mundo: yo soy rebelde por elección propia, por disonancia, por dar el cante. Como una opción sentimental. Y para no aburrirme.

Y en esos lunes o martes en los que le digo al mundo: vale, como tú quieras, y me comporto como a mi abuela siempre le habría gustado, la cago. Lo sé.

A mí me gusta ser mujer, de alto voltaje.

miércoles, 21 de enero de 2009

Manos

Las manos. Siempre las manos. Para asir, alcanzar, notar... para ver.

Las manos, para hablar.

Ellas dicen lo que yo no me atrevo a decir. Ellas nunca engañan. Porque no saben.

Las manos para cocinar, para comer, para bailar, para besar.

Las manos, para salvar. ¡Agárrate fuerte!

Me dijo:
-Yo me sé tus manos. Tus manos son el mapa de tu alma, y las llevas así, como quien no quiere la cosa. Con esas manos al aire vas desnudo, que lo sepas.


No escondas las manos.

martes, 20 de enero de 2009

La multera

Le he pedido salir a una multera.

No ha sido premeditado. Estaba paseando por mi calle, mirando los parabrisas... me he acercado y le he pedido salir.

Pedirle salir a una multera resulta paradójico, porque las multeras están siempre fuera.

Eso es lo que me ha dicho. Pero era de Parla, y guasona, y lo ha expresado con rotundidad:

-¿Salir a mí? ¿No me has visto?, si esto todo el día de aquí para allá. Si me pidieras entrar lo entendería, pero ¿salir? Yo estoy ya salida.

lunes, 19 de enero de 2009

La ventana


Me despierta una canción de Edth Piaf, Le ciel de Paris, y me vuelvo hacia la ventana. Para buscar le ciel de Madrí (léase con acento francés).

El cielo está blanco de nubes..

Nieve en los tejados.

Hay en la cama algunas pelusas de nostalgia, algunos pliegues traicioneros. Ellos, compinchados con las tenaces legañas y mi melosa tendencia al romanticismo (¡qué asco!) me hacen pensar que mis ojos, justo en este instante, en esta mañana, podrían ser los suyos. Que ella es quien está mirando los tejados. Y que su nombre, que ha estado toda la noche dando vueltas por la habitación como una pelota de goma, ha quedado tatuado en mi retina. Como el omnipresente made in china. Puede que el desayuno que me espera arriba también sea suyo. El olor del agua de la ducha. Y las calles que vea hoy. Igual que lo fue el concierto que escuché ayer.

Puede que me pueda.

O puede que no.

Puede que salga el Sol y se lleve estas marcas, estas ataduras dulces y amargas, y que al igual que derrite la nieve -tan hermosa- de los tejados, se lleve lo mío.

-Eh, Sol, ¿qué hay de lo mío?

Es el olvido una tarea dura a la que hay que aplicarse con tenacidad y celo. El tiempo sabe mucho de eso y, si se le deja, ayuda.

domingo, 18 de enero de 2009

Estoyaquí

La llamo y hablamos durante casi una hora. Una parte del tiempo no decimos nada de valor. La otra parte tampoco. Qué has hecho hoy, qué vas a hacer mañana, qué has visto, con quién has estado. Ninguna parte de esa información es relevante, ni me importa saberlo ni a ella decirlo. Pero hablamos y las palabras del otro son un eco de complicidad: estoyaquí, estoyaquí, estoyaquí... La gran batalla existencial es contra la soledad, y por eso las empresas de telefonía se forran. El 99% de las llamadas son para decir estoyaquí, estoyaquí, estoyaquí. Y para escucharlo. Ésas precisamente son las llamadas esenciales. Habla la madre y el bebé mira como si entendiera. Y en efecto entiende: estoyaquí, estoyaquí, estoyaquí. ¿Es que hay algo más que entender? Es el sonido de la voz, la música que encierra, lo importante. Luego cuelgo y me quedo otra vez solo. Y ella también. El silencio va echando tierra a toda velocidad sobre el recuerdo de su compañía. Entonces silbo, o canto algo... y en ese escucharme hay también un estoyaquí, estoyaquí, estoyaquí. Sucedáneo, imaginario, masturbatorio... si, puede que sí. Pero me servirá hasta que vuelva otra vez a escucharte.

sábado, 17 de enero de 2009

Disimular


El otro jueves pasé una tarde muy agradable en casa de un viejo nuevo amigo.

Hablando de la vida y sus requiebros.

Y en uno de los momentos de la conversación -yo creo que para chinchar- me dijo que yo era tristón. No pesimista, ni depresivo, ni negativo... sino, tristón. Me explicó -para intentar arreglarlo- que yo gustaba de esa estética de la derrota, del fracaso, y que por eso me chiflaban Coetzee, Bukovsky. Gutiérrez, algunos cantautores, el swing, la chanson francesa, los boleros y las playas en invierno... que se notaba en las letras de mis canciones, en mi blog... Vamos, que me dio un buen repaso, así, como quien no quiere la cosa.

Con poca convicción y mucho coraje me revolví:

-Pero ¿te has fijado? al escenario siempre salgo de blanco.

-Lo haces para disimular.

viernes, 16 de enero de 2009

Yo no lo sé de cierto, pero supongo...

El viernes es un día muy delicado,
conviene empezarlo con caricias.

Aquí una caricia, aquí unos amigos.

Yo no lo sé de cierto, pero supongo
que una mujer y un hombre
un día se quieren,
se van quedando solos poco a poco,
algo en su corazón les dice que están solos,
solos sobre la tierra se penetran,
se van matando el uno al otro.

Todo se hace en silencio. Como
se hace la luz dentro del ojo.
El amor une cuerpos.
En silencio se van llenando el uno al otro.
Cualquier día despiertan, sobre brazos;
piensan entonces que lo saben todo.
Se ven desnudos y lo saben todo.
(Yo no lo sé de cierto. Lo supongo.)

J. Sabines

¿Qué cosas se dicen dos cuerpos que duermen abrazados?
No lo sé, ni siquiera lo supongo.

jueves, 15 de enero de 2009

Valoración

Estoy tomando una cocalait en la cafetería de la Casa de Cultura de Torrelodones mientras C. da su clase de danza.

Levanto la vista y veo a dos adolescentes vestidas de igual forma.

Creo que es importante, por eso lo detallo.

De pies a cabeza: mocasines negros con dos borlas, leotardos azul marino, falda tableada con cuadro escocés, polo blanco de manga larga que asoma por debajo del jersey rojo -cuello de pico-. A la altura del seno izquierdo (más o menos) un escudo glorioso.

Entre las monjas y las adolescentes, a lo largo de años, y trabajando codo con codo, han conseguido crear uno de lo iconos eróticos de la literatura universal. Las primeras poniendo la falda tableada, las segundas subiéndosela hasta los sobacos: un equipo perfecto. Igual que las dos hojas de la gillete, la primera afeita y la segunda apura, pues esto lo mismo.

Primero fue Nabokov, luego un montón de literatos mediocres, y en la actualidad no hay página de contenido pornográfico que no incluya esa indumentaria, en el cuerpo de veinteañeras y treintañeras con piruleta y coletas para compensar. Las prendas más o menos tiradas por el suelo.

Hay muchos publicistas y expertos en márketing esparcidos por el mundo que en estos momentos se devanan los sesos por crear una marca tan contundente, una imagen tan poderosa, que permanezca en el inconsciente, que sea tan identificable a nivel global como esa falda con ese jersey, y mira tú por dónde, unas monjitas anónimas y unas adolescentes en continua rotación, sin pretenderlo, lo han conseguido.

Viva el uniforme colegial..

Valoración: qué mal está el mundo.

miércoles, 14 de enero de 2009

Cita

"Un gilipollas con ropa italiana cara, sigue siendo un gilipollas."

Lo dijo una amiga mía en una conversación, ayer.

martes, 13 de enero de 2009

El guión.

Hoy a C. se le han pegado las sábanas. Yo llevaba despierto desde que el despertador ha querido. Una recopilación de la Motown que me tiene enganchado estos últimos días hacía las veces de madre: venga levántate, que vas a llegar tarde, hace un día precioso.


A las madres (aunque no vayan vestidas como las chicas de la foto) les permitimos que nos mientan. A los padres no. A los demás tampoco. Sólo a las madres. Va en las prerrogativas de madre. Eso y darte besos delante de tus amigos hasta una edad avanzada.

C. está preadolescente. Se lo noto yo y se lo nota ella. Hoy se ha colgado del teléfono 30min con una amiga. Es el principio del fin. Que Díos (que no existe) me de paciencia, al menos la misma cantidad que le envió a mis padres cuando yo me puse insoportable.

Me gusta nadar cuando nieva fuera. Hoy he nadado con mucha mala leche, de estilo, regular, un poco antiguo. Y en el vestuario un locuaz de 50 (no soporto a los locuaces de vestuario) nos ha contado a todos que ayer se compró en el mercadillo un montón de fruta por 58 euros porque él y su Juan comen doce kilos de fruta a la semana. Y que había estado en Benidorm y que fenomenal. La verdad es que no me ha ayudado nada.

Luego he comprado algo para hacerme unas lentejas, unas naranjas y algo de brócoli. Muy lejos de los 12 kilos semanales del locuaz y su Juan, a mí también me gusta la fruta.

La vida tiene esta mañana un guión estúpido, carente de sentido y de gracia. Muy poco original. Y yo no tengo ganas de retocarlo, lo voy a dejar así.

lunes, 12 de enero de 2009

Cita

"Tengo frío. Daría más o menos la mitad de mi reino por una sopa"

W. Shakespeare. El Rey Lear. Acto III

domingo, 11 de enero de 2009

Me tienes en tus manos...

Una lectora sensible nos ha enviado este poema.
Muchas gracias.

Me tienes en tus manos
y me lees lo mismo que un libro.
Sabes lo que yo ignoro
y me dices las cosas que no me digo.
Me aprendo en ti más que en mi mismo.
Eres como un milagro de todas horas,
como un dolor sin sitio.
Si no fueras mujer fueras mi amigo.
A veces quiero hablarte de mujeres
que a un lado tuyo persigo.
Eres como el perdón
y yo soy como tu hijo.
¿Qué buenos ojos tienes cuando estás conmigo?
¡Qué distante te haces y qué ausente
cuando a la soledad te sacrifico!
Dulce como tu nombre, como un higo,
me esperas en tu amor hasta que arribo.
Tú eres como mi casa,
eres como mi muerte, amor mío.

J. Sabines

sábado, 10 de enero de 2009

viernes, 9 de enero de 2009

Nieve


Nieva en Madrid.

La visión de la nieve cayendo me conmueve. Un manto blanco ha decorado mi terraza, mi barrio...

No enciendo la radio para no escuchar las tonterías, para que no me llegue el caos. Y veo caer los copos.

Sábanas. La nevada son sábanas. O funda nórdica, según se mire.

El fuego en el hogar, el mar desde cualquier sitio, o la nevada... no me puedo resistir, me embelesan, puedo quedarme horas mirando.

Algo le pasa a mis ojos con la nieve. Algo me sucede dentro, en algún rincón. Esa emoción íntima que producen las cosas simples, ciertas o simplemente hermosas.

No sé. Nunca sé. Nada sé. Por eso tropiezo. Por eso me pierdo. Y algunas veces caigo. Hoy, en blando. Porque nieva en Madrid

jueves, 8 de enero de 2009

Armonía

A veces las cosas funcionan.

A veces no.

Y yo no sé por qué es.

Las mismas notas a veces suenan armoniosas

y a veces desafinadas.

Cojo el violín, le doy tres vueltas pero no hay manera.

En un primer momento da mucha rabia.

En un segundo momento da una pena.

Luego nada.

sábado, 3 de enero de 2009

Huellas

Eran algo más de las 0h y no había nadie en la calle.

El silencio de la montaña es denso. Tanto, que acompaña.

Y te hace sentir la soledad de la misma manera que un amigo con un whisky. Bajo los ojos al suelo y pienso en las últimas semanas del año. Y en que hay pocas cosas más frágiles que unas huellas en la nieve.

El día, el sol, la lluvia, el viento o más nieve pueden acabar con ellas en unos minutos.

Y nada queda.

Mudanza

Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...