lunes, 30 de noviembre de 2009

Distancias

Lejos, cerca, lejos, cerca, cerca, lejos, cerca, lejos, lejos...

Ay, mi amor, esto más que una relación parece Barrio Sésamo.

(Dedicado a P.)

domingo, 29 de noviembre de 2009

Todo

--Qué mierda todo ¿No?
--¿Qué es "todo"?
--No sé, todo. Hay días que hasta las cuestas abajo son cuesta arriba.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Shackleton

Men wanted for hazardous journey. Small wages. Bitter cold. Long months of complete darkness. Constant danger. Safe return doubtful. Honour and recognition in case of success.

(Se buscan hombres para peligroso viaje. Salario reducido. Frío penetrante. Largos meses de completa oscuridad. Constante peligro. Dudoso regreso sano y salvo. En caso de éxito, honor y reconocimiento)

viernes, 27 de noviembre de 2009

Amores Imposibles II (El amor del marinero)

No hay nada como un amor imposible.

Nada puede estropearlo.

Con poco que lo cuides un amor imposible es imperecedero.

Se dice a menudo que la convivencia deteriora el amor, que el uso deteriora una relación. Pero en un amor imposible eso no ocurre. No hay roce, y por tanto no hay corrosión. Así que el paso del tiempo no lo deteriora. Un amor imposible puede durarte toda la vida.

Lo puedes compatibilizar con clases de alemán, con cambios de domicilio, con tener hijos... e incluso lo puedes compatibilizar con uno o varios amores de esos corrientes y vulgares, de esos que se consuman.

De esos amores normales que de tanto consumarse se consumen.

De un amor imposible puedes decir que está enamorado de ti locamente pero no es consciente. La pureza de su sentimiento es tal que no llega a manifestársele. ¿Se ha visto algo más sublime? En cambio un amor cotidiano entra muy pronto en esa fase en la que te dice más veces que no te quiere de las que te dice que te quiere.

¿Le huelen los pies a un amor imposible? ¿Roncan los amores imposibles? ¿Dejan la bañera llena de pelos los amores imposibles? La respuesta es ¡no!

El colmo de la exquisitez es el amor del marinero. El amor del marinero es imposible un 90% del tiempo y se consuma el 10% restante. Lo más.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Yo

Decía Ortega y Gasset.

"Yo soy yo y mis circunstancias"

¡Y una mierda!

A día de hoy hay cierto consenso entre los expertos

"Yo soy yo y mis neurotransmisores"

Según algunos de ellos y aunque suene terrible, parece que sería más acertado enunciar:

"Yo soy mis neurotransmisores"

Escribo esto justo antes de llenar el vasito de agua y echarme al coleto mi dósis diaria de Prozac.

A vuestra salud.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Nada

Es sábado. Desde mi cama se ve un amanecer espectacular. Un día le dije a una chica que mi cama tenía muy buenas vistas y me soltó que yo lo que quería era follar con ella. Leo un poema de Madrigales de la Pensión de Bukowski. Me quedo dormido un rato con los brazos dentro del edredón. Hace frío fuera. Demasiado silencio. Ni siquiera yo hago ruido. ¿Seguiré en el cine de la vida o se habrá acabado la película sin darme yo cuenta? No, la película sigue. Ya puede ser bueno el director para haber puesto un amanecer tan hermoso. Ella. Ayer estaba. Hoy no está. Mañana estará. Pasado mañana no estará. Y el día después no estaré yo. Son así las cosas. Quizá nos gustaría que fueran de otra forma pero son así. Bukowski lo sabía.
-Tu y yo no somos nada -me dijo.
-Pues eres la nada más bonita que me he encontrado jamás.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Grises

La noche puede ser muy traicionera.
La luz de la luna secuestra los colores de las cosas y se los lleva al gris.
Puedes darle vueltas a una sola pregunta durante horas.
Por ejemplo: ¿qué hago yo aquí?
Las lagartijas necesitamos estar en un sitio donde nos sintamos queridas.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Abrazos y calcetines


Me acerco a la cama de C. como hago todas las noches.

Una de las cosas que más le gusta es que le cuente cosas de cuando era pequeño.

--Mi madre no me daba besos de buenas noches. En cambio me planchaba muy bien toda la ropa, hasta los calcetines.

--A mí no me importa llevar los calcetines un poco arrugados, pero abrázame fuerte.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Enfado

Me enfado.
Me enfado con alguien.
Pero alguien no tiene la culpa.
Sólo es la víctima de mi enfado.
Mi enfado es mío.
Mi enfado es conmigo.
Todos los enfados son propios.
Los tuyos son tuyos.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Al quinto intento

El hombre se equivoca.

Dios y los demás hombres son comprensivos con esto.

Eso de "hasta que la muerte nos separe" es más factible al quinto intento.

Todo es cuestión de insistir.

(Y si no, al sexto)

martes, 10 de noviembre de 2009

Después

Salí con una mujer que no sabía decir te quiero.

En gemeral no sabía decir cosas bonitas como qué a gusto estoy contigo o me encantan tus lentejas estofadas.


Si alguna vez yo insistía, ella me regalaba su expresión más cariñosa "Si no te quisiera no estaría aquí ¿no te parece?". O el aún más laxo: "algunas cosas no hace falta decirlas".

Yo soy un tipo con una vida interior rica que tiene recursos para llenar los huecos de manera más o menos satisfactoria, así que cuando ella se empeñaba en dejar el vaso medio vacío, mi autoestima se ocupaba de medio llenarlo. Pero es cierto que algunas noches, en la soledad compartida del lecho, la verdad es que... echaba en falta algunos mimos.

Yo sabía que cuando se avinagraba y me decía que era un desordenado, un procrastinador obstinado y que mi forma de cocinar era simple y muy poco original, no era para hacerme daño sino para que yo mejorara. Mejorara como persona y como cocinero. Luego, años más tarde, leyendo un suplemento dominical, la parte de psicología, me enteré de que probablemente también se estaba reafirmando a si misma. Si yo hubiera sido capaz de pensar que el 50% de su meter caña era para que yo mejorarara y el otro 50% era para reafirmarse y, por tanto, mejorar ella, habría tenido en otra consideración aquellos masajes de su bota en mi cuello.

Y no es que se le diera mal elogiar. Cuando hablaba de su anterior novio no escatimaba superlativos. Era un tipo estupendo, divertidísimo, guapísimo, inteligentísimo... solía terminar con un demoledor "mi madre lo adoraba". Más o menos lo que viene siendo "el hombre de mi vida". No todos los días conseguía yo que ese tipo estupendo, divertido, guapo e inteligente no me escociera.

Algo debía haber detrás de aquellos silencios. Algo había detrás de sus críticas. Del no decirme a mí cosas bonitas que despilfarraba cuando hablaba de su ex. Algo había, lo pensaba yo al principio. Lo fui dejando de pensar. Y lo volví a pensar el día que me marché de allí y ella se quedó.

Quizá yo fui a partir de entonces un tipo maravilloso de su pasado. Quizá, incluso, destroné al novio anterior. Quizá incluso me volviera guapo y divertido. Quizá el presente me sienta mal, me afea, y resulta que yo soy un tipo estupendo para habitar un pasado. No soy genial para el día a día pero doy muy bien en los recuerdos. Algo es algo.

O quizá ella no sabe vivir la felicidad del ahora, tiene que alejarse unos días o unos años para enfriarla un poco. La felicidad de ayer es más digestiva. La felicidad de hoy le quema, le resulta excesiva, obscena, no sabe cómo manejarla.

Fuera por a, fuera por b, por una combinación de ambas o fuera por causas sobrenaturales, lo nuestro se fue al garete.

Pasan los años. Y cuando lo escucho, aquí o allá, a este o a aquella, me sigue jodiendo lo de "yo te quise mucho, pero me di cuenta después"

lunes, 9 de noviembre de 2009

El prado


Lo malo no es el pasado, el pasado no es otra cosa que tres piedras inmensas. Pesan mucho, impresionan, pero no pueden alcanzarte, están ahí inmóviles y nadie podrá cambiar eso.

Lo malo es cuando el presente verde de lujurias y promesas en vez de una pista por la que correr y despegar es un barrizal donde te hundes. No entiendes por qué, pero estás atrapado y no consigues mover las piernas.

Si sientes un lodazal donde hay un prado, ahí tienes un problema. Anda, ve a que te lo miren.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Dinero


"No hay que subestimar el tener dinero, ya que resulta un buen consuelo para aquellos que no tienen otra cosa"
H.M. Pearson

viernes, 6 de noviembre de 2009

No es verdad

Miénteme sólo cuando sea estrictamente necesario.

Pero hazlo bien, que yo no me dé cuenta. Y si te da mucho trabajo mentir bien, no me mientas. O eres valiente para decir la verdad, o eres minucioso y mientes con cuidado. Hay una cosa peor que una mentira innecesaria, y es una mentira chapucera.

Ojala me diera igual que me mintieras.

Todo


Mira que lo intentaron,
lo intentaron de todas las maneras posibles,
pero no les salía.

No sabían compartir sólo una parte
después de haber probado el dárselo todo.

Tropezaban, se caían, se levantaban,
se sentían vacíos o demasiado llenos.

A veces, incluso, intentando una caricia dulce, se arañaban.

No sabían darse sólo una parte después
de haber probado a compartirlo todo.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La furgoneta

Esta furgoneta Mercedes parece normal, tan normal como esas que llevan los vendedores ambulantes a los mercadillos de nuestros pueblos, pero no es normal.

Debajo del faro de la derecha hay un detalle muy especial, lo voy a ampliar para que lo veais bien.

Para el profano en la lengua de Shakespeare diré que significa, más o menos: Parada de emergencia del motor. Pulse.

Este sencillo a la par que revolucionario dispositivo ha empezado a instalarse en estas furgonetas Mercedes pero pronto este se extenderá a todos los vehículos a motor mejorando mucho la seguridad en nuestras calles y carreteras.

¿Para qué sirve? se preguntarán.

Es evidente que la primera utilidad es detener la furgoneta en caso de que vaya a atropellarte. Tú estás cruzando una calle y se te echa encima, pues sólo tienes que alargar la mano, apretar el botón y la furgo se detiene. Como el botón sólo está en un lado es responsabilidad del peatón situarse en el lado correcto. El fabricante recomienda echar una jaculatoria antes de salir de casa implorando a San Cristobal (o al sustituo Santo Domingo de la Calzada) para que los coches te vengan por el lado del pulsador.

Una segunda utilidad caso es aquel en el que el vehículo se queda sin frenos bajando un puerto, normalmente en estos casos el conductor acaba lanzándose del vehículo en marcha para no morir en la colisión. Pero algunos conductores, con la tensión del momento, se lanzaban sin cortar la llave de contacto, y se acordaban cuando iban por el aire (cuando ya no tenía remedio) por lo que al doloroso revolcón contra el asfalto se les sumaba un remordimiento terrible. Ahora, según están en el aire tienen una última oportunidad de apretar el botón. La furgo se estrella igual, pero se ahorra el combustible entre que el conductor se tira y la furgo se estrella, según está la cosa del medio ambiente, todo cuenta.

La tercera utilidad es para el caso del típico despistado que aparca la furgoneta y se deja las llaves puestas y el motor en marcha con las puertas cerradas. Cualquiera de los vecinos que pasa al lado puede apretar el botón y así que moleste menos el ruido del motor a la comunidad.

Si bien estas tres utilidades son incuestionables, el botón rojo tiene un pequeño inconveniente que los ingenieros de Mercedes ya están trabajando para solventar. Consiste en que algunos adolescentes graciosillos, al cruzar un paso de cebra le tocan el botón a la furgoneta y apagan el motor para cabreo del conductor. Los técnicos alemanes están pensando en que el botón discrimine por edad y si el que pulsa tiene entre 15 y 19 lo atropelle de todas formas. No me digan que no es ingenioso.

lunes, 2 de noviembre de 2009

El lavado

Qué pena estar en distintas fases del lavado. Tú en centrifugado y yo en aclarado --le dijo el calcetín a la funda de almohada.

Mudanza

Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...